¡Un
milagro, Señor!
“Effatá “, dijo Jesús al sordomudo metiéndole los dedos en los oídos y tocando su
lengua con saliva”.
¡Un milagro, Señor!
Haz conmigo el milagro que hiciste con aquel
sordomudo en Galilea..
Permite que mi palabra se abra paso a través
de las dunas
A través del desierto de la incomunicación.
Permite que
mi poesía sea clara y haz de mi claridad poesía.
No soy digno. Ya sé que no soy digno.
Pero dime de verdad, cuántos hay, dignos de
estar en tu presencia.
Sé que no tengo fe. Por más que la he buscado
en esas horas bajas
En las que todo se reduce a implorar tu
misericordia.
Pero soy fuerte y sé sobreponerme a los
fracasos.
A lo mejor, eso también es fe después de
todo.
Sólo tengo referencias sobre tu vida e incertidumbre sobre tu
muerte.
No sé si fuiste un hombre tan hermoso como te
pintan
O no se han atrevido a pintarte como a un
hombre.
En mi vida hay tantas lagunas como estrellas
en el firmamento.
Quiero sortear esas lagunas,
Bucear por esas aguas procelosas en las que
me siento inseguro
Y emerger a la superficie con palabras de
luz.
No sé si esto es una oración, una súplica o
una simple reflexión.
Sé que estoy aquí, frente a la pantalla del
ordenador
Intentando buscarte, intentando buscarme.
Todo lo he hecho mal (bueno, espero que algo
pueda salvarse).
Pero la intención ha sido buena.
Es el camino, que a veces parece
intransitable.
Es la sangre, que a veces se encrespa en su
tortuoso discurrir.
Es el miedo que no me deja lanzarme al vacío.
Es la ignorancia que pone su muro frente a
mis ojos.
Estas son mis credenciales.
Como ves, a todas luces insuficientes para
salirte al paso
Y pedirte que abras mis sentidos.
Por eso te las digo aquí, en la intimidad de
mi reducto,
Susurrando desde la timidez de mi esperanza,
Mostrando humildemente mis defectos.
Y esperando que tu benevolencia
Llegue
también a quienes estamos perdidos..
Es largo ya el trayecto recorrido.
Y corto, muy corto el que me queda por
recorrer.
Por eso te apremio, Señor. Pon luz en mis palabras.
No sé por qué. No sé para quién.
Es que soy poeta ¿sabes?
Y llevo toda la vida buscando ese verso que
no encuentro
Por más que lo haya buscado en los más
insospechados recovecos.
Pon tu mano sobre mi cabeza y di la palabra:
EFFATÁ