Entradas populares

domingo, 17 de agosto de 2014

PRESAGIOS.

Barrunto que no tardará en llegar el día
En que, como hiciera mi padre,
No querré volver a levantarme de la cama
Y esperaré tranquilamente el final.
Es probable que, como él, diga a mis hijos:
“Cuidad de madre, no sea que al ducharse
Se caiga en la bañera”
Y abanicaré despacio ese calor mortífero
Que precede al trance.

Saber que ha llegado la hora
Es una cuestión de disposición;
De valor, si la expresión no os parece dura.
Yo quisiera tener ese valor,
Me estoy preparando para ello.
Por eso me acuerdo de quienes me precedieron
De su manera de hacer frente
A esa nueva dimensión del no ser.

Puede que, al final, la misericordia
Nos preste la necesaria  resignación,
E incluso lleguemos a pensar que, salvada la distancia,
Nos encontraremos en un maravilloso lugar
En el que las aflicciones de la vida habrán desparecido.

No sé, cada quién tendría una tabla a la que agarrarse
Para impedir que esa corriente vertiginosa nos anule.
Pero también es probable que el miedo nos atenace
Y a pesar, de nuestros firmes propósitos
Cerremos los ojos fuertemente
Para no imaginar la soledad a la que estamos predestinados.

Porque no os confundáis.
Este es un poema con trampa,
Pues mientras con mis palabras os exhorto
A que os preparéis para el tránsito,
Mi mente piensa que mañana volverá a lucir el sol
Y yo tendré la fortuna de volver a verlo.
Y abrigo la esperanza de que la vida sea  magnánima conmigo
Y me conceda aún largos años de existencia.

Es lo que casi siempre le suele ocurrir al poeta
-quizá por eso, Pessoa lo tildó de fingidor-:
Que tiene la habilidad necesaria para enmascarar sus sentimientos,
Para ofrecernos una visión más o menos idílica  pero siempre manipulada;
Que olvida su condición de pobre mortal
Para dejar caer ese ramalazo de eternidad que acaso ni  imagina.

Por eso mi esfuerzo de ahora mismo
Va dirigido a haceros ver las dos caras de un mismo sentimiento.
Porque  puede que yo sea poeta
Y quiera que lo que escribo
Tenga ese sentido de trascendencia que pretendo.
Pero soy humano
Y estoy atenazado por las dudas y los miedos
Que corroen a todos los humanos sin excepción.

Sólo el instante tiene la respuesta.