Me quité de en medio
por no estorbar,
por no gritar
más versos quejumbrosos.
Me pasé muchos días sin escribir,
sin veros,
sin comer más que llanto.
Gloria Fuertes.
Tenía
el corazón en sangre viva.
Necesitaba
un vuelo hacia la ternura,
una
palabra que consolara mi aflicción.
Necesitaba
lo que no puedo pedir a los que me sufren.
Así es
la vida de endiablada.
Hace
falta que la hoja se desprenda del árbol
para
cogerla del suelo y acunar su orfandad,
para
acariciarla con la plenitud de la mirada
ahora
que ya no es sombra.
ahora
que el otoño la va a revestir de ese especial encanto
que
tienen las cosas inertes.
Tenía
el corazón en sangre viva
y me
metí en Google.
Busqué
una página de poesía y allí estaba tu mensaje, Gloria,
con
esa manera directa
de
llegar al epicentro del sentimiento, que te caracteriza,
con las
palabras exactas para no desvirtuar lo que quieres decir,
con esa
métrica particular de la que tantos hemos copiado.
Era mi
alma la que se reflejaba en aquellos versos:
“Me
quité de en medio por no estorbar…”
Cuánta
gente habrá dicho esas palabras
comiéndose
el llanto.
Cuántas
heridas de soledad
que no
necesitarían más medicina que la
comprensión,
son la
antesala de la muerte.
Tenía
el corazón en sangre viva
y miré
mi correo electrónico.
Me
encontré uno de esos correos reconfortantes
que
alguien se encarga de echar a rodar
por el
sólo placer de elevar el ánimo de quien lo recibe.
Eran
canciones interpretadas al piano.
Comenzó
a sonar “ No llores por mí Argentina”
y me
sentí envuelto en esa ternura que estaba pidiendo a no sé a quién.
Así es
la vida de maravillosa:
en
cualquier instante,
a la
vuelta de cualquier recodo
te
puede sorprender con ese destello
que no
sabes de dónde procede
pero
llega hasta ti como un bálsamo purificador.
Tenía
el corazón en sangre viva
-la
edad y todo eso,
los
problemas que acaso no son tan importantes,
los
miedos que se adueñan de los sueños
porque
tal vez los sueños, ya anuncian sólo
miedos-
a ras
de defunción,
a punto
de romperse en la caída.
Pero ha
vuelto a latir,
a bombear su mar de sensaciones,
a
dibujar la tímida sonrisa preludio de otro intento.
Ya veis
cuan poca cosa era precisa
para
volver a estar entre vosotros…