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miércoles, 16 de abril de 2014

FILOSOFÍA Y CONSUMO (2)

Este escrito data de una fecha que ya puede parecer lejana, pero como quiera que trata de una situación y unos hechos aún no superados y estimo que no ha perdido vigencia, lo incluyo en esta serie que con el título genérico que lo encabeza, iré dejando en próximas entregas. Para no hacer muy árida una lectura sobre el mismo tema, que pudiera ser repetitiva, voy a intercalar escritos de distinta temática:

Mientras inicio esta reflexión, están pasando por la tele un programa especial como homenaje a la memoria de Antonio Flores, muerto, al parecer, por sobredosis. En cada pueblo de España  se conocen ya los síntomas destructores de la droga; todos vivimos de forma cercana las consecuencias de esta dependencia que primero anula y después asesina a una juventud  a la deriva.

De nada sirven las campañas, que con la mejor voluntad, intentan orientar hacia unas alternativas vitales, porque el problema está en los propios cimientos de una sociedad que ha ido sucumbiendo, sin darse apenas cuenta, ante tantas sensaciones como se nos han colado en el subconsciente. Nunca una sociedad ha sido tan superficial en sus planteamientos, tan artificial en sus necesidades, tan manirrota en los bienes de consumo, tan inquietantemente voraz en sus deseos, tan permisiva con las costumbres, tan nula , en fin , con lo que de verdad tiene sentido , como esta que ahora parece querer confirmar el Apocalipsis.

Estamos inmersos - y esto ya se ha repetido hasta la saciedad - en una vorágine de ascensión-posesión, que anula cualquier otro pensamiento que no sea el de conseguir unos niveles de acuerdo con los parámetros que nos indican quienes quieren que entremos en su juego. Y esto, se mire como se mire, también es droga; una droga que no está penalizada, pero que da pena. Porque hemos sustituido nuestra razón de ser por la razón de estar: estar cómodamente establecidos, económicamente situados y un largo etcétera que todos nosotros podemos seguir agregando a esta lista. Para conseguir estas metas hace falta ser exigentes, agresivos, tenaces, luchadores, despiadados, competitivos  y todos cuantos adjetivos conduzcan a estos objetivos.

Siendo esto así, poco tiempo queda para la reflexión, para el diálogo, para buscarse a sí mismos, para encontrarnos en los otros, para establecer, en definitiva, prioridades en esos valores que hoy están trastocados y que nada parece poder remediar.

Yo os invitaría a reflexionar, a intentar sacar de vuestro interior esas esencialidades que nos conforman como seres humanos;  que nos afirman como únicos poseedores de raciocinio. Y una vez iniciado este camino, dar de verdad valor a lo que lo tiene y eliminar lo superficial. No es fácil; hará falta mucho tiempo para romper los atavismos y los prejuicios, pero cada paso en ese sentido será un logro más para conseguir una sociedad más lógica y coherente con nuestra condición de humanos.

Mientras no consigamos cambiar el concepto filosófico de la existencia no lograremos erradicar los males que nos azotan, consecuencia en la mayoría de las ocasiones de ese vacío existencial que nos domina. Y podemos; cada uno en la medida de nuestras posibilidades, inteligencia o cultura , arrimar nuestra palada de esa tierra fecunda para que germine la buena semilla .

Está escrito: Vendrán los jinetes del Apocalipsis y asolarán la tierra; pero no está escrito si el ser humano puede superar sus debilidades. Yo creo que puede. Nadie crea algo tan hermoso, para luego destruirlo como si de un chiquillo cansado de sus juguetes se tratase.

Es probable que tardemos generaciones en darnos cuenta de la finalidad de nuestro paso por la tierra; o de que podamos iniciar el desembarco en esas playas de doradas arenas que solo esperan nuestros pies descalzos. Pero alguien vendrá que dará un nuevo sentido a la existencia. De alguna manera ya ha venido. Ahí están esas asociaciones humanitarias, o ecologistas, donde la gente se entrega de forma anónima y desinteresada.  Ahí están las víctimas que también provoca el amor por los otros: El contacto con infecciosos, las guerras fratricidas, los genocidios, el racismo, el alcoholismo, las drogas... 

Porque en cada lugar donde se dan estas situaciones hay gente buena tratando de ayudar, de comprender , de evitar que sigan produciéndose estos hechos.


Yo creo, por propia evolución, en la llegada del hombre nuevo , porque desde el principio de los tiempos , los habitantes de la tierra se han ido adaptando y superando adversidades .Es cierto que cada avance se cobra su tributo . Y esto incluso en vidas que aún no han cumplido su misión. Pero también es cierto que seguiremos avanzando en este camino de mejorar las cualidades del ser humano y por coherencia, las condiciones de vida sobre la tierra.