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viernes, 20 de julio de 2018

MULA DE CARGA


Fue la mula uno de esos animales creados por el hombre para una específica función. En este caso, para el aprovechamiento de su energía y fortaleza en propio beneficio.  Pocos brutos han dado tal cantidad de juego en las labores agrícolas… No recuerdo un trabajo que no fuera duro ni jornadas que no fueran de sol a sol. El trabajo del  campesino,  casi siempre parejo al de la mula,  creaba una relación de camaradería, si bien era la mula la peor parada, particularmente cuando había que conseguir un sobreesfuerzo  a base de latigazos o arengas malsonantes a falta de mejores remedios.

Como única recompensa, un pienso a base de paja y cebada que el animal se encargaba de reclamar a lo largo de la noche con un incesante manoteo que hacía que el gañán, malhumorado,  tuviera que interrumpir su sueño y abandonar su saca de paja para cumplir con ese indispensable cometido si quería que, al día siguiente, la acémila cooperara con vigor.

Las casas de labor cobraban  importancia en función de los pares de mulas que tenían los propietarios. Lo normal era un par, dos a lo sumo, salvo los terratenientes  que tenían cuadras considerables.

Pero en el devenir diario, nadie valoraba ese capital animal si no era por los miles de reales que pudieran costar cuando pasadas de años y de esfuerzos eran llevadas al matadero y había que sustituirlas.

Pocos signos de agradecimiento han dejado constancia de la esclavitud a la que eran sometidas aquellas sufridas criaturas fruto del  cruce de yegua y asno. Sirva este humilde soneto hecho desde el recuerdo de un tiempo desparecido,  como homenaje póstumo a su anónimo pasar.

Noble animal de austera arquitectura
hija directa de la diosa Ceres,
firme puntal del hombre en sus quehaceres,
recio engranaje de musculatura.

Briosa conjunción, genio y figura
por los campos de Dios en donde mueres,
estampa a  contraluz de atardeceres
cuando la tierra toda se hace hondura.


Mula de carga, yo vi tu coraje
vi la tragedia  de tu triste sino
vi tu entrega silente y generosa.

Sirva mi humilde verso de homenaje.
Y con mi voz de viejo campesino
déjame pregonar que fuiste hermosa.