Una pendiente,
a veces un declive.
Un llano,
algún regato de tranquilas aguas.
Y yo en cada momento,
en cada paso o vuelta,
intentando el milagro de ser hombre.
No hay distancias después de tantos pasos.
Aquí nací.
Aquí me espera el hueco de la tierra.
Mi rostro dice más que mis palabras.
Pero no veis mi rostro.
Principio y fin.
Dos fechas
y una losa de tiempo
ennegrecida.
No hay más.
No os inventéis mi vida.
Dije cuatro palabras
y puede que no fueran
necesarias.