Fue, este, uno de esos artículos escritos en la última década del pasado siglo en los que, tras largos años de sequía, vino la lluvia a redimir una tierra esquilmada y desértica. Casi todos los nombres que cito, ya no están entre nosotros, pero dejaron su hella generosa en la senda del anonimato.
Llueve mansamente , hermosamente ; como si la lluvia pidiera perdón por tantos años de ausencia . Algo se limpia cada vez que llueve ; hoy cae blanda , dulcemente, como queriendo limpiar todos los malos humores de nuestra sociedad . Es posible que el campo vuelva a ser verde, como las esperanzas de los que de él dependen . Es posible que empecemos a pensar que no pasa nada ; porque nada pasa realmente serio . Lo serio es la guerra, la enfermedad, las plagas, el exterminio . Todo lo demás son males menores ; males de una sociedad miedosa envuelta en los celofanes del consumo ; incapaz de pensarse retrocediendo . Porque esta sociedad está concebida para no retroceder - sería el fracaso - nunca. Es preciso crear necesidades ; consumir vorazmente , por encima de criterios o de posibilidades . Solo así puede ser fuerte una sociedad de consumo.
El regreso sería hundir a las multinacionales, desajustar los esquemas , romper el índice de desarrollo previsto ; entrar en definitiva en una vorágine de quiebras imposibles de asumir . El regreso sería el caos.
Es tal el entramado de nuestra sociedad de consumo que nadie puede salvarse de su arrolladora influencia . Todas las células están interconectadas para que el consumidor final no halle un momento de respiro . Porque el consumo es el motor que impulsa el progreso.
No sé si yo quería decir esto en este artículo . Lo cierto es que el director me dijo anoche - como siempre- " prepara algo para mañana " . Y mañana es hoy . Comencé a escribir anoche , arrullado por la bendita lluvia con la intención de hacer una página con sabor otoñal . Pero tuve que cortar por exigencias del guión - del guión de mi vida se entiende - y ahora es difícil encontrar el hilo .
Yo quería hacer constar que es difícil mantener las individualidades en una sociedad tan mediatizada . Por eso tienen mérito algunas personas que saben llevar hasta sus últimas consecuencias su entrega al ejercicio de su profesión ; o dedican su tiempo libre a obras sociales ; o desdoblan sus horas en proyectos de ayuda a los más necesitados. Estaba pensando en Don Emiliano , tan agasajado últimamente ; tarde no, porque antes no lo habría aceptado ; antes su tiempo estaba dedicado por entero a sus pacientes : Estaba pensando en Tomás , el bueno de Tomás Sánchez Gil , que se dio por entero en Cruz Roja y que hoy padece obligado retiro en nuestro Hospital . Estaba pensando en Pedro el tapicero que dedica sus horas a preparar la cabalgata de Reyes de los más pobres . Estaba pensando en Jesús , " Jesusillo el tapicero "que hasta el nombre se hace humilde en los humildes . Estaba pensando en tanta buena gente de nuestro pueblo de las que podría decir el nombre propio . Estaba pensando en las hermanas de la caridad con sus cien ancianos a los que dedicar una sonrisa. Estaba pensando en Guillermo que tocaba su fagot hasta que una pirueta lo ha sentado en una silla de la que - estoy seguro - se levantará algún día.
Era esto lo que yo quería decir en esta noche en la que el agua hacía cascabeles en el asfalto de la desierta calle ; quizás purificado por esta magnánima demostración de esa fuerza suprema que todo lo regula.
Era esto : Que nada hay tan importante como ser persona ; que nuestra sociedad debe potenciar las individualidades ; que progreso sí , pero sin perder el norte ; que al final, solo quedan las huellas en la senda que perfila el camino de la vida.
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