No sé si la raza humana es la única en la que el cuerpo
siempre está en conflicto con la vida. Creo que sí. Y creo que, tal vez por
ello, somos la única especie que ha evolucionado y seguirá evolucionando hasta
cotas impensables.
Acabamos de inventar el taxi aéreo, un derivado de los
drones que pronto surcará los cielos creando una segunda zona de rodadura sobre
los pavimentos de las ciudades. Y según
vayamos avanzando en ese conflicto cuerpo/vida seguiremos descubriendo tantas
mejoras como sean necesarias para alcanzar
esa plenitud intrínseca a nuestros genes.
Visto así, y al parecer demostrado que el ser humano supera
todas las adversidades, tendríamos que empezar por desterrar a todos los
visionarios que en el mundo han sido y que han anunciado plagas y finales
apocalípticos, en la seguridad de que si bien es cierto que la humanidad está
constantemente amenazada, también es cierto que en cada momento se encuentra el
antídoto que pone freno a la desesperanza. Pero esta aseveración, si me
permiten, sólo es una licencia, pues otros visionarios ha habido que adelantándose
a su tiempo, pronosticaron viajes espaciales o inventaron artilugios para volar
que sirvieron como prototipos a los
actuales. Es decir, todo lo que la mente humana imagine, bueno o malo, puede ocurrir, pero de la misma manera se
pondrán en marcha los elementos necesarios para contrarrestar las adversidades.
Lo malo de esta civilización que tantas cosas buenas se ha
procurado es que no es equitativa. El “san para mí, que los santos no comen”,
es una expresión de alcance para entender que nuestra individualidad es tan
poderosa que nos supera y puede que sea esta la razón de que sobre esta tierra
capaz de autoabastecernos, existan desigualdades
tan evidentes como las que cada día se nos manifiestan.
Claro que aquí entran en juego factores que escapan al
raciocinio, al menos a ese raciocinio común con el que la equidad sería
posible. Sí, porque cuando los seres humanos fueron conscientes de su poder
surgieron las diferencias, las fronteras, las usurpaciones territoriales, las
guerras por el control de la energía… Surgió la ambición, que tiene tanto de
humano que nadie puede sustraerse a su influjo
Dejar el poder en manos de una sola persona es una Tramp-a.
Pero es la asignatura pendiente de la humanidad. Y lo es por lo que decía al principio
de este comentario: el cuerpo humano siempre estará en conflicto con la vida.
Para evitar este conflicto sólo nos haría falta una dosis de humildad, pero
también está comprobado que con humildad no se llega a ninguna parte. Puede que
al cielo, si tomamos en cuenta las Bienaventuranzas . ¿Pero habrá cielo…?
¿Sobre qué puedo escribir? me preguntaba al iniciar este
comentario. Y me he dejado llevar hasta este punto. Son sencillas pinceladas
sobre las que habría que entrar más a fondo y a las que le caben todos los
retoques que se os puedan ocurrir. Como a la vida misma…